La Organización Colegial Veterinaria ha avisado de que el proyecto de Ley de Protección, Derechos y Bienestar Animal huye del concepto científico de ‘bienestar’, lo que provocará fallos en la aplicación de la norma una vez aprobada y no protegerá, precisamente, a los animales «como es debido».
Así lo ha manifestado en un comunicado la OCV a través de su vocal de Pequeños animales, María Luisa Fernández Miguel, que considera que el texto del proyecto de Ley que está en tramitación parlamentaria, «huye del término bienestar animal, que surge de la ciencia y que está absolutamente reglado y asegura que un animal viva bien».
La portavoz veterinaria explica que la nueva normativa está basada en «conceptos abstractos, lo que evitará su aplicación real y no permitirá proteger a los animales como es debido».
De ese modo, en una intervención en Cuatro Televisión recogida por Europa Press, ha explicado que el término bienestar animal está «absolutamente reglado» y es lo que determina cómo hay que hacer las cosas para que un animal viva bien y tenga sus cinco libertades cubiertas», en referencia a la alimentación, alojamiento, salud, bienestar emocional y capacidad de expresar conductas propias de la especie.
En ese sentido, ha mostrado su «honda preocupación» porque si no se atiende al criterio científico y se quiere hacer una norma basada en la «dignidad, en la ética o en conceptos abstractos» no se va a poder hacer una ley «de verdad aplicable» y que proteja a los animales como es debido».
«Las leyes tienen siempre que ser claras y basarse en la ciencia y en el profesional», ha apostillado.
Por ello, ha afirmado que la OCV echa de menos que el texto legislativo no hable de los veterinarios municipales, que son una «figura fundamental».
«En muchos casos estamos legislando sobre algo que no vamos a poder controlar porque no tendremos un técnico veterinario en la Administración, competente para aplicar esta normativa», advierte.
Por último, ha defendido que la profesión veterinaria tiene una visión muy «respetuosa» de los animales y argumenta que el bienestar es «diferente» en función del tipo de especies y de su cometido, por lo que afirma que no tienen nada que ver los animales de compañía con los de producción.
A ese respecto, lamenta que la nueva ley busque reforzar lo que tiene que ver con protección animal y no tanto lo relacionado con el bienestar animal, algo que ve «imposible de aplicar en la práctica» y que deja a los veterinarios en una situación «muy complicada» a la hora de realizar su trabajo diario en las clínicas.