EL APORTE DE LA GANADERÍA A LA ECONOMÍA CIRCULAR

A partir de un par de años, hemos podido observar cómo desde diferentes países surgen investigadores que advierten sobre el lado positivo que posee la ganadería, y las consecuencias en los aspectos sociales, culturales, alimentarios y medioambientales que se gatillan cuando se elimina el ganado de una zona geográfica.

Lo que dice FAO sobre la alimentación animal.

En diciembre de 2018, FAO publicó un documento en base a un estudio, en el cual se constata que en promedio,  86% de lo que consume el ganado no puede ser alimento para el ser humano.  Aquí se hace hincapié en la siguiente idea:  si éstos nutrientes y subproductos no pueden ser consumidos por las personas, tiene un impacto sobre los desechos que deben ser eliminados.

De aquellos alimentos animales que pudieran ser utilizados por el ser humano, el estudio también evidenció que el consumo diario promedio de granos es mucho más bajo que lo que tradicionalmente se evidencia (aprox. 3 Kg para producir un kg de carne a nivel global).  Si pensamos en el caso chileno, nuestros animales pastan libres en general, y sólo una proporción muy menor reciben dietas más intensivas. En éste sentido, éste estudio publicado por FAO es especialmente interesante si se extrapola a la nuestro país: el documento reporta que aquellos sistemas que basan su producción en forrajes voluminosos y pastoreo requieren 0,6 Kg de proteína para producir un Kg de proteína cárnica. Se concluye que los sistemas pastoriles contribuyen directamente a la disponibilidad de proteína.

Taifouris et al (2021) consideran que el uso de residuos de la ganadería como purines es una forma de economía circular, ya que permiten disminuir el uso de fertilizante externo, para el caso de cereales u otros cultivos de alimento.  El ganado es capaz de sintetizar aminoácidos y otros componentes, a partir de la celulosa, en tanto que los purines se transforman en un subproducto muy útil para la formación de la pared celular de cultivos.

Un tercer punto interesante abordado por FAO (2018), está dado por el tipo de suelo en el cual se produce el ganado.

Del total de suelo para diferentes rubros, el ganado no ocupa toda la superficie, sino sólo un 20% del total

Fuente: Elaboración propia con información de: Mottet, A., de Haan, C., Falcucci, A., Tempio, G., Opio, C. and Gerber, P., 2017. Livestock: On our plates or eating at our table? A new analysis of the feed/food debate. Global Food Security, 14, pp.1-8.

Siempre a nivel global, si analizamos éste 20% de terrenos que se utilizan para producir ganado, FAO señala que “resultados del estudio muestran que las 2,5 billones de há requeridas por la producción ganaderas, un 77% son zonas de pastoreo, de las cuales dos tercios no pueden ser convertidos a cultivos, y por ende sólo pueden utilizarse en el pastoreo de animales”.

Fuente: Elaboración propia con información de: Mottet, A., de Haan, C., Falcucci, A., Tempio, G., Opio, C. and Gerber, P., 2017. Livestock: On our plates or eating at our table? A new analysis of the feed/food debate. Global Food Security, 14, pp.1-8.

En otras palabras, aún cuando el ganado saliera de la faz de la tierra, se puede inferir que el impacto sobre el aumento de la superficie que podría ser utlizada para fines de cultivos directos para alimentación de personas es una cantidad limitada de superficie.

Y lo que es más interesante, es que en algunas zonas de Europa, la eliminación del ganado ha traído como consecuencia una mayor exposición de zonas montañosas diferentes externalidades: despoblamiento de personas, con naturales impactos de carácter social y cultural; dificultad para convertir, tal como se indicaba anteriormente, terrenos ganaderos de difícil geografía y clima, a otras actividades productivas.  Como consecuencia, éste pasto seco que no pudo ser pastoreado racionalmente, es materia combustible para incendios forestales. 

En consecuencia, una cuarta arista de beneficio en economía circular es la capacidad que tienen los rumiantes para aprovechar el pasto, evitando que ésta se transforme en combustible, ayudando a preservar ecosistemas. Recientes datos de la Universidad de California establecen que la influencia positiva del ganado se traduce en: 1.- Disminución de la masa combustible, mediante el pastoreo; 2.- mantención de los pastizales a una altura que permite a los bomberos trabajar adecuadamente para ir sofocando llamas; 3.- el pastoreo puede ayudar a disminuir la unión de pastizales con árboles y arbustos, lo cual también ayuda a la mayor facilidad para controlar las llamas con rapidez.

Otros estudios también apuntan a un manejo estratégico del ganado para lograr generar cortafuegos, o bien facilitar el trabajo en tierra para evitar el avance de las llamas. 

 Incentivar el silvopastoreo ha demostrado que la ganadería bien llevada puede garantizar la sustentabilidad, y es una alternativa interesante para un país como Chile, rodeado por la cordillera de la Costa y Los Andes. El ganado tiene aspectos muy positivos, y si se maneja adecuadamente, puede ser, en muchas regiones, un muy buen aliado…

Sergio Willer, Presidente de la Corporación de la Carne.

Columna de opinión – Especial Campo Sureño